lunes, 12 de junio de 2017

Seguimos estando, y sigue sin pasar nada

Ha pasado casi un mes desde que publiqué la anterior entrada, que ya no es la última.

En estos días han ocurrido muchas cosas, todas ellas dignas de mención ya sea por lo bueno, que sí, que las ha habido, o por lo malo, que es lo habitual.

Pero ni por unas ni por otras, me he ‘retratado’. Y es que, como vamos a lo que vamos, nos encanta manipular, etiquetar y clasificar a los demás. 
En el fondo esto no es malo. De esa forma sabemos, o creemos saber, de quién podemos fiarnos, aunque no sea mucho. Eso es parte del instinto, de la ‘supervivencia'.

Si tengo que hablar de alguien que ha hecho, dicho o pensado, algo que es cierto, que es bueno, lo voy a decir al igual que si ese alguien ha hecho o dicho algo no tan bueno, o si ha metido la pata ‘hasta el corvejón’.
Y eso, a pesar de ser una forma de definirme, no es malo, creo, ya que lo hago yo, que se supone soy el que mejor me conoce. (Ya conocéis el chiste ‘no me entiendo ni yo, me vas a entender tú que, además, eres imbécil’).
Pues sí, aquí cada cual va a lo suyo, sin importar una *** lo que piensen los demás. Tratando de imponer las creencias ya sean políticas, religiosas o de cualquier índole. Creyéndose que son los dueños de la verdad absoluta…

Y no nos damos cuenta de que, tarde o temprano, la única verdad es que vamos a dar con nuestros huesos (tengan o no algún que otro tornillo) en una caja sea ésta de pino, de haya, o de cartón reciclado, o en un frasco ‘carrasco’ a modo de cenicero… 

Y al leer, oír o ver las noticias no salimos a la calle para intentar solucionar algo, para que se vea que no estamos de acuerdo con muchas de las cosas que pasan. Nos limitamos a modificar el perfil de facebook para poner una banderita, o copiar un texto que nadie se para a pensar de dónde ha salido y si es cierto siquiera.

Eso no es importante, que se cometan atentados, que muera una sola persona porque a algún iluminado se le ha puesto en sus santos coj…  , lo importante es que el Madrid lleva doce copas (que yo me tomaría muy a gusto con mis amigos), que Nadal ya ha conquistado por décima vez la tierra gala de Roland Garros (ole por él), que el futbolista éste o aquel tenga uno o más balones de oro, que se corte el pelo como le de la real gana. Por eso si se puede salir a la calle, y se sale, a dar por saco con los pitos de los coches o lanzando petardos, que ya se los podían poner en 'sálvese la parte'.

Es que no tenemos remedio.
Pero hay que ser cauto. Hay que andar con pies de plomo. Porque lo que estamos dejando de hacer hoy, es posible que mañana no podamos hacerlo bien porque no nos dejen, bien porque, simplemente, no estemos ya aquí.

¿Prudencia o audacia? Quizá una media entre ambos.

Volveré, como dijo Douglas MacArthur.

Tres frases:
El hombre cauto jamás deplora el mal presente; emplea el presente en prevenir las aflicciones futuras. (William Shakespeare)
Con audacia se puede intentar todo, pero no conseguirlo todo. (Napoleón I)
Hay momentos en que lo audaz es ser prudente. (Clarence Seward Darrow)

2 comentarios:

  1. Como bien dices, siempre te has caracterizado, y te caracterizas (hasta que llegue lo de la caja de pino) por llamar a las cosas por su nombre. ¿Incómodo? Más bien diría auténtico. En los tiempos del "bienqueda" y el chupapo**ísmo en las redes sociales, parece que somos perros verdes los que tenemos pensamiento crítico. Hay que etiquetar a la gente de tal o cual partido, encasillándola y dándo por hecho que comulga hasta con ruedas de molino. No señor. Yo veo, analizo y actúo en consecuencia. Mi forma de ver la vida no es la misma que hace años ni lo será cuando pase un tiempo. Lo único inamovible es mi equipo de fútbol. Brindemos por esas doce copas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Ni ves como veías, ni verás como ves...
    Eso es la adaptación (que no resignación).
    Y si es con una buena cerveza bien fresquita o con una copa de vino en la mano (Manolo Escobar dixit) y rodeado de amigos, mejor.

    ResponderEliminar