lunes, 19 de septiembre de 2016

Viajando, que es gerundio

¡Ahí vá! Que tengo abandonado, y eso que acabo de empezar, el blog.

Nada, no pasa nada. Eso tiene fácil solución. Se escribe y ya está.

Pero vamos, que esto afortunadamente no es un diario. Un blog no lo es. Podréis preguntar ¿qué es un blog, entonces?. La respuesta es fácil. Echando mano de conocimientos y de búsquedas en ‘San Gúguel’, vemos que un blog se suele traducir por ‘Bitácora’, o mejor dicho ‘cuaderno de bitácora’, ya que la bitácora es, según el Diccionario de la Real Academia, una caja a modo de armario fija a la cubierta y cercana al timón en donde se guarda la aguja de marear (brújula).

El cuaderno de bitácora es aquel registro donde se apunta el rumbo, maniobras, y otros accidentes de navegación, y, por extensión, los hechos notables del viaje. O sea, un registro de acontecimientos. Una caja negra, sin caja y de cualquier color, no necesariamente negra.
En inglés, cuaderno o registro se puede traducir como ‘log’. De logs los informáticos sabemos un poco, ya que los buscamos cuando ocurre cualquier evento, sea éste bueno o malo (la mayoría de las veces).
Eso ya nos suena un poco. Pasar de log a blog es simplemente añadir a la palabra que conocemos el lugar donde la usamos, la Web, Internet. De tal forma que construimos Web-log, o abreviado Blog.

Hala, lo solté.

Ya sabemos, pues, que esto no tiene que ser diario. Además, un diario suele tener un aspecto mucho más personal, vivencias, sentimientos, suena más a ñoñerías de adolescentes que a otra cosa, y ya no estamos en esas películas, creo.

Hablemos de viajes, entonces, que es la razón por la que he comenzado este post de la forma en la que lo he hecho.

Hemos estado unos días dándonos un pequeño paseo de unos miles de kilómetros por la geografía española. Geografía, historia y literatura, ya que en esta clase de viajes, van de la mano.

Me encanta aprender, de todo se saca una enseñanza, y este viaje no iba a ser menos.

Durante todo el trayecto hemos ido pasando por poblaciones que nos suenan y mucho a los que no hemos sufrido las reformas del sistema educativo. Si, a los que no las hemos sufrido, ya que, desgraciadamente, ahora hay cosas que no se ven ni de lejos. Macizos, montes, peñas, sistemas montañosos, cabos, golfos (de eso si que se ve, pero de otro tipo), ríos, afluentes, villas, ciudades. Todas cargadas de datos, sean estos del tipo que sean.

Recuerdo cómo mis padres recitaban los afluentes, los cabos, los golfos, etc. Ellos los habían estudiado, si, eran otros tiempos, y los sabían de carrerilla. Pero eran capaces de ponerlos en un mapa. Ahora, oímos una población, o un monte, o un rio, y nos tenemos que ir a internet para ubicarlo más o menos correctamente. Antes se estudiaba geografía, ahora se pasa por encima. Ya en mis tiempos, y hace más de treinta años que acabé el bachillerato, se había descargado el texto de geografía de algunos afluentes, de algunos cabos,…, ahora ya ni te digo.

¿Ejemplos? Todos los que quieras. Pasamos por ejemplo por Navas de Tolosa. Lugar de una épica batalla en la que alrededor de 100.000 hombres lucharon con lo que tenían a mano (o con sus manos). Hablamos del año 1212. Reunir en una batalla, en aquellas fechas a casi 100.000 hombres era poco menos que una barbaridad.

Es parte de nuestra historia. Aunque a algunos les siente mal que ocurriera. Gracias a aquello estamos como estamos.

La historia es eso, historia. No podemos manejarla o manipularla. Si podemos, y debemos, usarla para extraer consecuencias.

Pasas por El Toboso. No es historia, pero es literatura, otra forma de historia. Patria chica de uno de los personajes de la obra literaria más traducida, más versionada, más vendida. Eso si que es un best seller. El Quijote, casi nada lo del ojo (y lo llevaba en la mano).

Sigues en camino y pasas por Tordesillas, de la que ahora se habla por el toro de la Vega, pero que nadie la nombra por lo que realmente es famosa. Por ser la cuna del tratado por el cual los reinos de España y Portugal se repartían los territorios de América (¿o eran las aguas del océano Atlántico?, en cualquier caso es historia).

Pasas cerca de Villalar de los Comuneros. Otro lugar histórico. Principios del siglo XVI, tiempos de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Revuelta de las Comunidades, y lugar donde Padilla, Bravo y Maldonado (capitanes del ejército de los comuneros) fueron apresados y ajusticiados el 24 de Abril de 1521.

Valladolid, León, Zamora, … y, por fin Asturias. Historia pura.

Tremendo. Visitar sitios y tocar piedras que evocan recuerdos. Covadonga, año 722. Pelayo. Origen de la reconquista.

Hablar de la reconquista es políticamente incorrecto. Los musulmanes tardaron sólo 11 años en atravesar la península, sin causar bajas en los territorios ocupados, por lo que se lee ahora. Y desde el 722, solo se tardaron 770 en volver a ‘ganar’ esos territorios perdidos. Eso si, a costa de un genocidio. La Historia no es como la cuentan sino cómo la interpretan algunos. Manda narices la cosa.

Visitar Asturias, ver sus pueblos, conocer sus gentes, hartarse de comer sus maravillas, un auténtico placer para los sentidos.

¿seguimos el viaje?

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