miércoles, 11 de enero de 2017

El tiempo. El inexorable tiempo.


Segundo a segundo, día a día, año tras año, el tiempo pasa, pasamos del tiempo o éste nos sobrepasa.

Tiempo atrás, en Córdoba, cuando cursaba primero de bachillerato, uno de esos profesores que te marcan, de los que dejan huella, Carlos Díaz García-Mauriño, tenía una forma de empezar todas las clases. Al llegar, después del preceptivo saludo, borraba el encerado (la pizarra) y pintaba una gran T en la esquina superior derecha. Él, experto en geología, siempre decía que todos los procesos se realizan con tiempo, mucho tiempo. Hablaba, claro está, de los procesos geológicos. Pero también es cierto que el tiempo es necesario para muchas más cosas.

Necesitamos tiempo para aprender, para asimilar las lecciones y asimilar las bofetadas de la vida. Pero no hay tiempo para todo.

Cuando eres pequeño pasa muy despacio. Los cursos se hacen eternos, las vacaciones no tanto. Empezamos a aprender que lo bueno pasa pronto y lo duro, lo difícil, cuesta.
Te vas haciendo mayor y cada vez tarda menos en pasar…

Todo es relativo. Ya lo dijo Einstein, aunque él no se refería a este aspecto del tiempo.

Por si fuera poco, tenemos a la memoria, que se encarga de recordarnos que no hicimos tal cosa, o que perdimos tal otra, o que nos falta…

No tenemos, o no hay, tiempo para hacer todo lo que nos gustaría, pero hay que intentarlo. Por lo menos, o cuando menos, nos quedará la satisfacción de haber hecho lo más posible con la ‘pequeña’ dosis de tiempo que tenemos asignada.
Existir, insistir, resistir, persistir y no desistir. Con matices, que siempre los hay.

Un conocidísimo cuadro de Salvador Dalí, ‘La persistencia de la memoria’, nos viene a hablar precisamente de eso, de lo inestable y volátil, amén de relativo, que es el tiempo.

Os dejo el cuadro, y unas frases

Tened cuidado ahí fuera (recordando al Capitán Furillo, de Hill Street blues).



El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad. (Victor Hugo)

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. (Gabriel García Márquez)

El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto. (Charles Chaplin)

Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van. (José Ingenieros)

Mi memoria es magnífica para olvidar. (Robert Louis Stevenson)

Se llama memoria a la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar. (Daniel Gélin)

Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir. (Theodore Roosevelt)

La perseverancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan su fruto. (Arturo Graf)

2 comentarios:

  1. Mal nos está acostumbrado vuestra merced, a tan y bien elegidos temas

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    1. Se podrían elegir más y mejores temas, pero 'no hay tiempo'...

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